Me escribe una pareja que ha tenido una discusión fuerte el fin de semana, porque él necesitaba estar de fiesta y ella que él diera la talla ante sus amigos. Os escribo algo genérico que titulo Reflexión. Un saludo Aurora
REFLEXIÓN
“Yo no mandé a mis barcos a luchar
contra los elementos...” si te lanzas de cabeza a una tormenta
perfecta, terminarás agotada, maltrecha y sin objetivos positivos,
esa batalla no se puede ganar, nunca.
Las personas debemos saber que cuando
no vamos a ganar, hemos de aceptar, adaptarnos, asumir las pérdidas
o las no ganancias, porque en un enfrentamiento en el que no se va a
sacar nada positivo, el dolor y la carga emocional, las palabras que
una vez dichas no pueden ser borradas, la visceralidad de las
personas que cuando sienten no piensan lo que dicen y dicen lo que
puntualmente piensan.
Por eso a veces, sólo a veces no hay
que tenerle en cuenta al otro determinadas cosas, pero... “no
tenérselas en cuenta”, esa batalla no la voy a empezar, porque no
me interesa perder , decir cosas que no siento y escuchar cosas que
no quiero oír.
Las personas tienen momentos en los que
no tienen obligación de hablar, de escuchar, de ser coherentes,
maduras, adultas, y si tienen un momento malo hemos de dejar que pase
esa situación “No es el momento”, de una forma puntual, por un
período de tiempo, por una situación concreta, por la perdida de
una persona querida, de un empleo,, una enfermedad propia o de
alguien cercano, u otras circunstancias que a la persona la tengan
“fuera de momento”.
Yo no tengo derecho a que me respondan
siempre con coherencia, tengo derecho a que lo hagan con respeto,
pero parte de ese respeto es entender que la otra persona no puede
ofrecerte algo que no tiene.
Hay veces que la mejor forma de
acompañar a alguien es compartir el silencio, apoyar y escuchar el
sufrimiento, la incapacidad para hablar, sólo eso.